Foto: El implante dental ocupaba el lugar de un inciso superior |
En el norte de Francia (específicamente en un yacimiento de La Chêne),
se encontraron cuatro tumbas del siglo III A.C, dentro de las cuales
-según expertos de la Universidad de Burdeos (Francia)- se descubrieron
los restos de una joven que habría muerto en el año 250 A.C (cuando
tenía unos 20 o 30 años). Además, según los datos publicados por la
revista Antiquity: “todo apunta a que esta mujer llevaba el implante
dental más antiguo que se ha descubierto hasta ahora en Europa
occidental”.
La publicación, señala que lo que hallaron
los arqueólogos en la excavación fueron restos de una joven, brazaletes
para embellecerla y 32 dientes, entre ellos uno de metal. Guillaume
Seguin (investigador principal del estudio) se dio cuenta de que, tras
contar los dientes, en lugar de 32 había 31. De hecho utilizó las fotos
tomadas durante la excavación para confirmar que el lugar donde debía
haber un diente, en realidad lo ocupaba un trozo de metal de unos 2,4
centímetros de longitud.
Tres teorías para explicar el Implante
Investigadores de la Universidad de Burdeos, señalan tres
teorías para explicar el por qué de esta “prótesis dental”.
Gráfico correspondiente a la 1ª hipótesis. Antiquity
La primera de ellas dice que el diente pudo romperse,
quedando tan solo la raíz por cuyo interior pasa un pequeño canal que se une a
los nervios de la encía. Para solventar la ausencia del diente se colocó en ese
canal el pequeño trozo de metal. Sin embargo “las medidas del metal son más
grandes e introducir ese metal hubiese sido bastante doloroso”, explica en el
estudio Laura Martín-Francés antropóloga dental del CENIEH (Centro Nacional de
Investigación sobre la Evolución Humana).
Gráfico correspondiente a la 2ª hipótesis. Antiquity
Otra hipótesis apunta a que el diente se hubiese caído por
completo, dejando un vacío en la encía que se sustituyó por el trozo de metal.
Pero como nuestros lectores supondrán “hasta que el trozo de metal se acoplase
a la perfección dentro de la encía, se necesita tiempo para que el hueso se
vaya cerrando y quede sujeto”, explica la investigadora. Por lo demás, “meter
un metal en esta zona es arriesgado porque éste se infecta, así como la sangre,
y el individuo podría morirse o tener un absceso”, asegura.
Gráfico correspondiente a la 3ª hipótesis. Antiquity
Finalmente, la hipótesis más aceptada por Laura
Martín-Francés, indica que el trozo de metal se hubiese introducido en la
mandíbula al poco tiempo de la muerte de la mujer, ya que ésta lo pudo haber
perdido en vida. Para la investigadora, se le habría puesto el diente para
embellecer el cadáver (…) Tal vez perdió el diente poco antes de morir.
Después, le introdujeron el metal. Hay que tener en cuenta que si pierdes un
diente el hueso se reabsorbe, en este caso el trozo de metal se consiguió
introducir en el alvéolo del diente”, finaliza.
Influencias de la cultura etrusca en la celta de la Têne
El investigador Guillaume Seguin, reconoce que esta práctica
no sería muy común para la época en la que vivió esta persona, pues”comenzó a
popularizarse a principios del siglo XX”. Sin embargo, las cuatro tumbas
muestran marcas de la cultura celta de “La Têne”, quien - según el
investigador- estuvo en contacto durante varios siglos con la etrusca: “Es
posible que los celtas copiaran a los etruscos la idea de crear una élite
social a partir de implantes dentales. Tan solo la idea, pero no la técnica ni
el proceso”, concluye.
Fuente e imágenes: http://www.odontoespacio.com/noticias_detalles.php?cod=836
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