RESÚMEN.
Con el objetivo de hacer un recuento general de la historia de la Implantología Dental a través de las diferentes épocas y civilizaciones, se realizó una revisión bibliográfica. La implantología es hoy una técnica con base científica y con lejanos antecedentes históricos, la cual ha ido evolucionando en la constante necesidad de restituir la pérdida dentaria. Muchas veces la evolución se ha producido gracias a experiencias empíricas, pero tras la demostración científica de la osteointegración por el profesor Brǻnemark, basada en estudios experimentales “in vitro” y longitudinales clínicos, la implantología ha mejorado su predicibilidad y su uso se ha generalizado, con una amplia gama de posibilidades que evolucionan según van surgiendo estudios que avalan las diferentes formas, tamaños o recubrimientos de los implantes modernos. Han estado vinculados al desarrollo de la profesión los aspectos socioeconómicos, culturales y las concepciones ideológicas, que han influido en sus períodos de inicio, estancamiento y florecimiento. Cuba inmersa en importantes metas de salud para todos no puede permanecer ajena a las posibilidades que brinda esta tecnología de punta.
INTRODUCCIÓN.
Los aspectos psicológicos, funcionales, sociológicos y nutricionales son muy afectados por el desdentamiento total y parcial, por lo que la rehabilitación protésica debe ser lo más funcional, estética y cómoda posible1, 2.
Desde tiempos muy remotos el hombre ha intentado sustituir los dientes perdidos, ya sea por caries, traumatismos o enfermedad periodontal, por otros elementos que restaurasen la función y la estética. Los hallazgos arqueológicos hablan de la reposición no sólo en vivos, sino también en muertos, con la intención de embellecer el recuerdo de la persona fallecida 3-6.
Los procedimientos quirúrgicos y prostodóncicos necesarios a tal fin, han ido evolucionando en la constante necesidad de lograr rehabilitaciones más eficaces y satisfactorias para los pacientes. En este contexto surgen los implantes dentales, opción terapéutica con la que se obtiene un anclaje firme de los pónticos o prótesis al hueso y a los tejidos3, 4.
Durante los últimos años, se han producido avances tecnológicos y biológicos muy importantes en la implantología5-7, que han determinado que el número de pacientes tratados con este método sea cada vez mayor. Su historia es tan fascinante como su propia antigüedad8, 9.
En principio parece que lo único que interesa en una ciencia es su estado actual y que el pasado es mera curiosidad, sin valor positivo. Nada tan lejos de la verdad. De hecho, la historia explica en importante medida el presente, y si se es sagaz puede revelar los rumbos del futuro. El gran historiador Michelet decía en el siglo XIX que “Quien quiera atenerse al presente, a lo actual, no comprenderá lo actual” y en ese mismo sentido Renan había dicho “En todas las cosas humanas los orígenes merecen ser estudiados antes que nada” 7,10.
El propósito de este trabajo es hacer un recuento general de la historia de la Implantología Oral a través de las diferentes épocas y civilizaciones.
Para exponer los hechos históricos se ha empleado el método sincrónico, que divide el tiempo en edades, períodos y épocas atendiendo a la importancia de los cambios socioculturales que cada uno de los hechos ha ejercido sobre los otros.
PREHISTORIA
El período prehistórico se extiende en la evolución de la humanidad antes de la existencia del documento escrito y se inicia con la articulación del lenguaje, desarrollo del pulgar y la construcción rústica de sus propios instrumentos. Abarca los períodos paleolíticos y neolíticos, desde que los hombres permanecían en los bosques, se alimentaban de frutas y raíces y se forma el lenguaje articulado, hacen luego uso del fuego aparece la caza con maza, lanzas, arcos, flechas y comienzan a agruparse, a elaborar artículos de subsistencia como vasijas de madera, tejidos a mano y trenzados, comienzan a domesticar los animales, a criarlos, a sembrar y transformar el medio con instrumentos de trabajo metálicos en la era de cobre y de hierro. Construyen barcos, comienza la arquitectura, las ciudades amuralladas hasta que aparece la escritura que da lugar a una nueva edad.
La primera prótesis de la que se tiene constancia no es un diente natural o artificial atado a los dientes vecinos, como se ha encontrado en cráneos egipcios o fenicios, sino que es una implantación necrópsica realizada durante el Neolítico (hace unos 9000 años). Este hallazgo tuvo lugar en el poblado de Faid Souard, en Argelia. El cráneo encontrado era de una mujer joven y presentaba un fragmento de falange de un dedo introducido en el alvéolo del segundo premolar superior derecho.
EDAD ANTIGUA
Corresponde del año 4000 a.n.e., con la invención de la escritura, hasta el año 476 d.n.e. con la caída del Imperio Romano. La característica social de la época es la esclavitud.
Los restos antropológicos más remotos de implantes dentales colocados “in vivo” son los de la cultura maya. El arqueólogo Popenoe, en 1931, descubrió en la Playa de los Muertos de Honduras una mandíbula, que data del año 400 d.n.e., con tres fragmentos de concha introducidos en los alvéolos de los incisivos. Los estudios radiológicos determinaron la formación de hueso compacto alrededor de los implantes, haciendo suponer que dichos fragmentos se introdujeron en vida.
Vemos que la idea de servirse del alvéolo como soporte de dientes artificiales es muy antigua, como ocurre con otras muchas técnicas de la medicina. Pero de los egipcios, fenicios, griegos y romanos no ha llegado ninguna evidencia de que pusieran implantes.
EDAD MEDIA
Comprende el período del año 476 (Caída del Imperio Romano) al 1640 con la Revolución Inglesa.
En el siglo X, el andaluz islámico Abulcasis, nacido en 936 en Córdoba, escribe “En alguna ocasión, cuando uno o dos dientes se han caído, pueden reponerse otra vez en los alvéolos y unirlos de la manera indicada (con hilos de oro) y así se mantienen en su lugar. Esta operación debe ser realizada con gran delicadeza por manos habilidosas”. Esto es, ni más ni menos, la perfecta descripción de un reimplante dentario.
Durante este período los cirujanos barberos, ante las exigencias de los nobles y militares de rango, pusieron de moda los trasplantes dentales, utilizando como donantes a los plebeyos, sirvientes y soldados. Posteriormente, dichas prácticas fueron abandonadas ante los continuos fracasos y la posibilidad de transmisión de enfermedades. Se destaca por sus aportaciones en este campo el cirujano Ambroise Paré (1510-1590) quien publica en 1572, en París sus “ Cinq Livres de Chirurgie”, en los cuales se tratan muchas y variadas cuestiones de cirugía bucal y odontología en general. Enriqueció el instrumental con la invención del abrebocas, el gatillo y el pelícano, trabajó en la re implantación dentaria. Aconsejaba volver a colocar el diente en su alvéolo, si por equivocación había sido extraído. Duval, en 1633, podría considerarse como innovador, ya que hizo muchas reimplantaciones, pero distinguiéndose de sus antecesores en que tomaba la precaución de extirpar la pulpa y sustituirla por plomo u hojas de oro
Hasta el siglo XVIII no existen cambios fundamentales en los tradicionales saberes quirúrgicos del Renacimiento y del Barroco, pero al final de este período se inicia la cultura científica propiamente moderna que se acentúa y difunde durante la Ilustración. Comienzan a gestarse los últimos momentos del feudalismo en Europa. Se producen revoluciones burguesas en Alemania y en los Países Bajos y con la Revolución Inglesa se puso fin al feudalismo en Inglaterra, por su alcance histórico se le considera el punto de partida de la época histórica del capitalismo.
EDAD MODERNA
Comprende desde 1640 con la Revolución Inglesa al 1871 con La Comuna de París.En la edad moderna el conocimiento y la experiencia acumulada sobre la teoría y la práctica estomatológica comienza a divulgarse en diversas publicaciones gracias a la invención de la imprenta en el siglo XV.
En Francia Pierre Fauchard (1690-1761), publicó en 1728 su célebre obra “La Chirurgie Dentiste ou traité des dents” donde acredita amplios conocimientos médico-quirúrgicos, con aportaciones importantes de técnicas e instrumental de indudable valor para la práctica de la cirugía bucal.
John Hunter (1728-1793) publicó varias obras sobre odontología, clasificó los dientes y recomendó extraer el primer o segundo premolar en los casos de empiema del seno maxilar, en 1778 publicó su segunda obra mayor “Actual treatise on the disease of the teeth”.
Según algunos historiadores, la cirugía moderna nace en la primera mitad del siglo XIX. Símbolo de este desarrollo puede ser Guillaume Dupuytren (1777-1835), innovador de métodos operatorios y sobre todo, fundador y animador de una escuela cuyos discípulos se extendieron por toda Europa.
Los siglos XVII y XVIII se vieron dominados por múltiples intentos de trasplantes dentarios, con un claro epicentro en Francia, la cual influyó en toda Europa y América del Norte.
Durante el siglo XIX y principios del XX se produjo un retroceso en el auge de la trasplantación por motivos morales (extraer un diente a un pobre para implantarlo en un rico) e higiénicos (peligro de transmisión de enfermedades) y también hubo decepción ante los resultados de la autotrasplantación, defendida casi exclusivamente por Magitot. En esta situación el camino de la implantología y de los autotrasplantes quedó cegado y sin rumbo. Se comienza a buscar alternativas a los dientes naturales.
A principios del siglo XIX se llevó a cabo la colocación de los primeros implantes metálicos intraalveolares, destacando autores como Maggiolo, odontólogo que en 1809 introdujo un implante de oro en el alvéolo de un diente recién extraído, el cual constaba de tres piezas. Pero esto no era suficiente y el siguiente gran avance llegó de manos de la cirugía.
EDAD CONTEMPORÁNEA
Corresponde desde 1871 con la Comuna de París al 1917 con la Revolución Rusa.
Los cirujanos introducían alambres, clavos y placas para resolver las fracturas. Imitándolos, hubo varios dentistas a finales del siglo XIX que lo intentaron. Harris, en 1887, implantó una raíz de platino revestida de plomo en un alvéolo creado artificialmente. Durante las primeras décadas del XX se destacó, entre otros, R. Payne, quien presentó su técnica de implantación en el III Congreso Dental Internacional celebrado en 1901, utilizando para ello una cápsula de plata colocada en el alvéolo de una raíz. Posteriormente, en 1909, Algrave demostró el fracaso de esta técnica con plata, dada la toxicidad de este metal en el hueso.
E.J. Greenfield utilizó, en 1910, una cesta de iridio y oro de 24 quilates, que introducía en el alvéolo. Este podría ser considerado como el científico que documentó en 1915 las bases de la implantología moderna, haciendo referencia a las normas sanitarias de limpieza y esterilidad, e introduciendo conceptos tan innovadores y actuales como la relevancia de la íntima asociación entre el hueso y el implante antes de pasar a la siguiente etapa, describiendo asimismo el concepto de implante sumergido, la curación del tejido bucal y la inmovilidad del implante, aconsejando un período de curación de 3 meses sin ningún tipo de sobrecarga.
Sin embargo, el problema estaba en encontrar el metal idóneo, lo mismo ocurría en cirugía general.
TIEMPOS ACTUALES
A partir de 1917 con la Revolución Rusa hasta el momento actual.
Durante la Primera Guerra Mundial se insertaron tornillos, clavos y placas en los hospitales militares. Fracasaron casi todos. En boca nadie se atrevía. Venable y Strock en 1937 publicaron su estudio sobre el tratamiento de fracturas con prótesis e implantes elaborados con un nuevo material, el Vitallium (aleación de cobalto, cromo y molibdeno).
La odontología se aprovechó de esta experiencia y así surgieron las dos escuelas clásicas. La subperióstica del sueco Dahl y la intraósea de Strock, aunque su verdadero precursor fue el italiano Formiggini.
Dahl no pudo desarrollar sus trabajos en Suecia por prohibición de las autoridades sanitarias (1943), Gerschkoffr y Goldberg discípulos estadounidenses suyos, publicaron en 1948 sus resultados con implantes de vitalium. Su influencia en Estados Unidos decayó pronto y nada nuevo hicieron a continuación. Por el contrario, en Europa, la implantología se difundió rápidamente. En la década de los cincuenta, se trabajaba en Italia la implantología yuxtaósea. Marzini abría, tomaba la impresión del hueso y luego, al mes, volvía a abrir y colocaba la infraestructura de tantalio. Formiggini diseñó un implante intraóseo en espiral, inicialmente de tantalio y luego de vitalio, que tuvo muchos adeptos. En los primeros tiempos también tuvo gran auge la implantología en Francia e Italia.
El tercer gran país europeo por su importancia en la implantología de esta época fue España. Vallespín, en Zaragoza, realizó novedosas modificaciones en la técnica de implantes subperiósticos, introduciendo conceptos vigentes hoy en día, como es el realizar la incisión fuera de la cresta alveolar para cubrir perfectamente el implante. Por estoa años Trobo Hermosa ya realizaba, en Madrid, la técnica descrita por él como “reimplantación inmediata de raíces aloplásticas metálicas”. En dicha técnica, tras una extracción dentaria cuidadosa y hemostasia de la herida, atascaba amalgama en el alvéolo seco hasta bel borde gingival, introduciendo posteriormente un dispositivo para retener la prótesis. Murillo colocó en 1954 varios implantes intraalveolares de acrílico que fracasaron. En 1956, Salagaray puso sus primeros implantes yuxtaóseos, en Madrid. En 1957, en Valencia, modificó el diseño de los implantes intraóseos, ideando el implante prismático hueco y posteriormente escribió, en 1967, el primer libro sobre el tema en España, “Conceptos fundamentales de endoimplantología”. En 1959 se crea la Sociedad Española de Implantología (SEI) , una de las más antiguas del mundo.
En 1974, Salagaray y Sol se enfrentaron en Nueva York, en el Hospital Munt Sinai, a muchos colegas contrarios a los implantes dentales, en un curso impartido. Estos profesionales popularizaron la técnica de implantes yuxtaóseos que lleva su nombre. Otros grandes nombres que colaboraron al auge de la implantología fueron Santino Surós, que diseñó su implante plano intraóseo; Cosme Salomó y su implante endoóseo de esfera y, sobre todo Irigoyen y Borrell, con su implante universal en profundidad de acero inoxidable, estos en 1980 idearon el AB autoroscable y la lámina universal colados en cromo-níquel.
La década de los años sesenta estuvo dominada por el trabajo de Linkow, que desarrolló el implante de rosca de Lew y el de hoja, que predominó hasta la década de los ochenta. A pesar de muchos esfuerzos bienintencionados, la historia de la implantología dental ha sido análoga a los fuegos artificiales; grandes destellos de excitación seguidos de un desvanecimiento de la escena.
En la conferencia celebrada en Harvard en 1978, se presentaron los estudios experimentales del grupo sueco de Goteborg dirigido por P.I. Brǻnemark y T. Albrektsson. En 1952, el profesor Brǻnemark comenzó a realizar una investigación con estudios microscópicos “in vitro” de la médula ósea en el peroné de conejo para conocer mejor la vascularización tras practicar traumatismos óseos. El estudio se llevó a cabo introduciendo una cámara óptica de titanio en el hueso del conejo; al ir a retirar esta, se comprobó que era imposible, ya que la estructura de titanio se había incorporado por completo en el hueso, y el tejido mineralizado era totalmente congruente con las microirregularidades de la superficie de titanio. A este hecho se le denominó osteointegración y a partir de entonces se comenzaron a realizar estudios para rehabilitar animales desdentados, que resultaron eficaces, por lo que surgió la idea de crear un sustituto para la raíz de los dientes que estuviera anclado en el hueso. En esta misma línea se han encaminado los trabajos de Adell; en 1982 presentaron los resultados de sus ensayos clínicos a largo plazo sobre una muestra de 2768 implantes colocados en 410 maxilares de 371 pacientes.
Prácticamente coincidiendo en el tiempo, Schroder en los años cuarenta desarrolló el concepto de “anquilosis funcional”, equivalente a la osteointegración. Al frente de un equipo que realizó sus trabajos de investigación en Suiza, contribuyó a desarrollar un sistema de implantes que se conoce con el nombre de ITI Bonefit. Su contribución al desarrollo de la implantología, por lo tanto es superponible a la de Brǻnemark.
Con la publicación de los trabajos de Brǻnemark en 1965 que demostraban que podía lograrse la osteointegración, la implantología experimentó un cambio muy sustancial. Este descubrimiento se aplicó posteriormente a un revolucionario sistema de implantes, validado en la Universidad de Goteborg con estudios preclínicos y clínicos de larga duración.
En 1967, Shahaus desarrolló los implantes cerámicos roscados y Linkow aportó el implante Ventplant con tornillo autoroscable. Posteriormente, en 1968, partiendo de experiencias previas, apareció el implante endoóseo en extensión, más conocido como implante laminar, realizado en titanio ligero y resistente a la corrosión.
En 1970, Roberts y Roberts diseñaron el implante endoóseo “lámina de rama”, al año siguiente Salomó idea el implante a esfera, consistente en una esfera y un vástago cilíndrico de tantalio. En 1973, Grenoble colocó por primera vez implantes de carbono de vítreo.
Otro diseño de implantes osteointegrados constituye el IMZ (Intra Movil Zylinder), desarrollado a partir de trabajos de investigació universitarios en Alemania sobre implantes cilíndricos no roscados con tratamiento de superficie a base de plasma de titanio y con un dispositivo de rompefuerzas sobre la base del implante, intentando remedar la resilencia del ligamento periodontal. A principios de los ochenta , Calcitek Corporation desarrolló la calcitita, hidroxiapatita cerámica policristalina. Más tarde, a lo largo de esta misma década, son desarrollados por distintos centros de investigación y con apoyo industrial implantes con estructura de titanio recubiertos hidroxiapatita, por lo general endoóseos.
Desde la década de los años noventa, la implantología dental ha conseguido consolidarse como una nueva disciplina quirúrgica dentro del campo estomatológico. Hoy en día, el tratamiento con implantes dentales en pacientes con desdentamiento total o parcial se considera un procedimiento quirúrgico-prostodóncico predecible.
Las mayores exigencias implantológicas y los continuos avances experimentados en este campo han permitido el desarrollo y perfeccionamiento de implantes, aditamentos protésicos y procedimientos quirúrgicos como las técnicas de regeneración ósea y la manipulación de tejidos blandos, mejorando con ello las condiciones de recepción de los implantes y su posterior mantenimiento. Las aportaciones de los investigadores determinaron las bases de la implantología moderna, profusamente desarrollada, con un abanico de posibilidades en constante evolución.
LA IMPLANTOLOGÍA EN CUBA
La enseñanza de la Cirugía Bucal, en Cuba, data de finales del siglo XVIII, en el período de la Real y Pontifícia Universidad del Máximo Doctor de la Iglesia de San Gerónimo de La Habana. Durante esta época la dependencia socioeconómica de la Metrópoli española provocó que los avances tecnológicos llegaran con retrasado respecto a esta. Se reportan transplantes dentarios aislados con una escasa tasa de éxito. En enero de 1884 aparece en "El Progreso Dental", publicación mensual de cirugía y prótesis dental, un artículo titulado "Modificaciones en el injerto dentario" de Federico Poey, primero de factura nacional respecto al tema de que tenemos referencia. Otro trabajo de relevancia al respecto, "Implantaciones Dentarias", de Oscar Amoedo, aparece en 1891 en las páginas de la "Revista Dental". Los distintos tópicos en ella tratados son un reflejo del estado de la profesión en aquella época. 3,4
Al estallar la guerra de independencia contra España, se produjo una etapa de decaimiento en la práctica estomatológica, cuando se cerraron casi todas las academias dentales; algunos dentistas decidieron exilarse y otros partieron a la manigua redentora. 4
La disciplina comenzó de nuevo a tener cierto empuje cuando el 19 de noviembre de 1900 el gobierno interventor norteamericano dictó el decreto que autorizó la creación oficial de la Escuela Dental de la Universidad de La Habana. Durante la pseudo república la corrupción de los gobernantes de turno, con severas limitaciones de los presupuestos de salud pública, impidió un desarrollo sostenido de la implantología, en relación con el experimentado a escala mundial. 3,4
En Cuba, sujeta a bloqueo económico, financiero y comercial desde hace 45 años por los Estados Unidos de Norteamérica, las posibilidades de generalización de los implantes endoóseos han mínimas debido a su alto costo en el mercado mundial, cuestión que se agudiza cada día más. El impedimento impuesto provoca elevadas pérdidas económicas, en algunos casos ha sido una verdadera persecución, y su fin es que carezcamos de los ingresos en divisas para importar medicinas, equipos médicos y alimentos con destino a la población e insumos vitales para el desenvolvimiento de la economía nacional y de servicios sociales básicos4,16. Todo el sistema de salud cubano ha tenido que enfrentar dificultades similares, pues nos impiden el acceso a la tecnología necesaria. Solo el ingenio y la preparación profesional nos ha permitido desarrollarnos y nunca colapsar 4,16. En 1995 se sistematiza el empleo de los implantes dentales en forma de convenios de colaboración docente y asistencial con España, siendo la provincia de Cienfuegos pionera en el desarrollo de esta actividad y constituyendo en nuestros días un centro de referencia nacional por su calidad. Posteriormente se incorporó Villa Clara con resultados satisfactorios y dando la posibilidad al resto de las provincias centrales de entrenamiento profesional y valoraciones terapéuticas de pacientes.
Actualmente, el Ministerio de Salud Pública de Cuba (MINSAP) y particularmente la Dirección Nacional de estomatología ha realizado grandes esfuerzos en el desarrollo e introducción de nuevas tecnologías, dentro de ellas los implantes dentales; extendiendo su empleo mediante inversiones con la firma italiana Novaxa para distribuir a todo el país implantes semi-sumergidos "Leader". Camagüey participa de esta posibilidad, dándose los primeros pasos en este sentido. La voluntad política de La Revolución a posibilitado convertir en realidad el Programa Nacional de Implantología, en función de ofrecer a la población tratamientos cada vez más eficientes. Sea este, pues, un modesto tributo de consideración y respeto a los que tuvieron la iniciativa de crearlo y de hacerlo llegar hasta nuestros días.
CONCLUSIONES
Por todo lo expuesto en esta reseña histórica, puede concluirse que la implantología es hoy una técnica con base científica y con lejanos antecedentes históricos, la cual ha ido evolucionando en la constante necesidad de restituir la pérdida dentaria. Muchas veces la evolución se ha producido gracias a experiencias empíricas, pero tras la demostración científica de la osteointegración por el profesor Brǻnemark, basada en estudios experimentales “in vitro” y longitudinales clínicos, la implantología ha mejorado su predicibilidad y su uso se ha generalizado, con una amplia gama de posibilidades que evolucionan según van surgiendo estudios que avalan las diferentes formas, tamaños o recubrimientos de los implantes modernos. Han estado vinculados al desarrollo de la profesión los aspectos socioeconómicos, culturales y las concepciones ideológicas, que han influido en sus períodos de inicio, estancamiento y florecimiento. Cuba inmersa en importantes metas de salud para todos no puede permanecer ajena a las posibilidades que brinda esta tecnología de punta, a pesar de las limitaciones provocadas por el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por los Estados Unidos de Norteamérica, la voluntad política de La Revolución a posibilitado convertir en realidad el Programa Nacional de Implantología.
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